Ahorrar lo más posible en Navidad

Llevamos ya varios meses dando la tabarra, y ahora que nos vamos acercando cada vez más es momento, otra vez, de recordaros algunos consejos. Llegan unas fechas en las que no es fácil reprimirse de algunas compras, pero si lo que se quiere es tener bien cuidado el capítulo de gastos de estas Navidades es imprescindible tomar una serie de sencillas medidas.

Lo primero que debemos hacer es sentarnos, hacer cuentas y fijar el presupuesto del que podemos disponer para usar en el próximo mes y medio. Una vez que lo hemos fijado no podemos saltarnos dicha cifra de ninguna de las maneras.

A partir de ahí, con esa cifra como base, es de donde vamos a partir para todo lo demás. Como ya os hemos dicho en otras ocasiones, cuando vamos a salir a hacer una compra lo que debemos hacer es una lista de cosas que tenemos que adquirir, y no salirnos de ella.

Y esto vale tanto para las compras de la vivienda, tales como alimentos, detergente, gel o lo que sea como para el resto de las cosas que les vamos a pedir a Papa Noel o los Reyes Magos.

La mejor forma de ahorrar en Navidades es ser previsor, adelantarse a los momentos en los que sabemos que los precios van a subir. Muchos son los artículos que podemos comprar por adelantado. Pero está claro que hay otros que es inevitable que los compremos en el crítico momento, tal es el caso de las uvas de Nochevieja, por ejemplo.

Pero aún en ese caso, se puede hacer bien, o se puede hacer mal. La fruta puede aguantar perfectamente más de una semana en la nevera (según los casos) así que no será lo mismo comprar las uvas el día de la lotería de Navidad que el propio día de Nochevieja por la tarde. Esto lo tenemos todos muy claro, pero, ¿a que algún año os ha pasado? Seguro que si.

Y ya metiéndonos en harina de otro costal, fundamental, usar en la medida de lo posible tarjetas de débito o dinero en efectivo para hacer las compras. O dicho de otra forma, no uses la tarjeta de crédito. Está claro que son herramientas, que de por sí no son ni buenas ni malas, pero en manos de una persona que no sepa usarlas, pueden hacer mucho daño a una economía familiar. Así que si sabes que eres un poco maniroto y tiendes a gastar tirando de tarjeta, déjala en casa.

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