Es evidente que en la actualidad la preocupación por el ahorro se extiende de manera muy importante por todos los segmentos de la población de nuestro país; en una situación de crisis como la actual es normal que el ahorro sea un objetivo perseguido por todos.
Y dentro de esta búsqueda de ahorro, tratar de reducir los costes de los recibos corrientes es también una pelea muy habitual, sin embargo, habitualmente también, se entramos está búsqueda de recorte de gastos en recibos como el de la luz o la telefonía, ya que suelen ser los de mayor importe, olvidando tal vez que existen otros recibos, como en el consumo de agua, en los que también podemos abaratar gastos, y, los que en un período como el veraniego en el que aun estamos, multiplican sus costes de manera más que notable.
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Y es que el consumo de agua a medida que se acerca el verano y las altas temperaturas aumenta como decimos de manera exponencial; aumenta en el entorno de la vivienda donde el motivo del consumo superior es obvio, aumenta en los entornos de riego de jardines o terrenos, y por supuesto aumenta el consumo de elementos de ocio como las piscinas…
Lo primero que tenemos que tener claro antes de poner en práctica ningún consejo de ahorro de agua, es el hecho de que además de tratarse de un coste para las economías familiares, el consumo de agua en exceso es un factor negativo en relación a la sostenibilidad y las nuevas prácticas medioambientales, lo cual, sin duda, le va a dar un factor añadido de valor al hecho de tratar de llevar a cabo buenas prácticas de consumo de agua que nos permitan no sólo ahorrar, sino también como decimos ayudar a la sostenibilidad y el medio ambiente.
Ahorrar agua: ahorrar en casa
Realmente la gran mayoría de consejos que se pueden aportar relativos a cómo ahorrar agua en el hogar, son consejos ya conocidos, consejos que seguramente en su mayoría habremos escuchado más de una vez, pero que, realmente, no son puestos en práctica en conjunto por la mayoría de hogares, tal vez por esa sensación de que el agua no es el mayor de los costes de los recibos corrientes del hogar, algo que puede dar lugar desde luego a un mal uso de este recurso con el correspondiente aumento de facturación.
Como decíamos anteriormente, en el verano se multiplica el consumo de agua, el número de usos por ejemplo de las bañeras por acción del calor, es sin duda mucho mayor, aquí tenemos el primer consejo; siempre ducha antes que baño, y, mejor varias duchas cortas al día que una ducha excesivamente larga; a este efecto siempre se maneja un dato que resulta esclarecedor; en una ducha de cinco minutos habitualmente viene a gastarse una media de 100 l de agua, mientras que en una bañera este gasto supera fácilmente los 300 l de agua.
Una cuestión muy interesante en este sentido es el hecho de probar a colocar atomizadores en las duchas del hogar; su colocación es extremadamente sencilla y la sensación que generan en la reducción de chorro hace que consumamos mucha menos agua, realmente se pueden llegar a obtener medidas de ahorro de hasta el 50%, y, es un mecanismo que se puede perfectamente adaptar a todos los grifos de la vivienda con el consiguiente ahorro.
Por último y dentro de lo que se refiere al ahorro de agua en la ducha o bañera, el verano nos proporciona otra posibilidad a la que tal vez no invite el invierno; mantener cerrados los grifos mientras nos enjabonamos, lo cual sin duda puede proporcionar también un buen número de litros ahorrados durante una ducha.
Ahorrar agua: más ahorro en casa
Anteriormente recomendábamos algunas ideas para tratar de ahorrar consumo de agua en las duchas en verano (recomendando la ducha frente al baño) para terminar aquella lista de consejos, se puede añadir una que resulta interesante sobre todo para los más fríoleros, aquellos que mantienen el grifo abierto en espera de que surja el agua caliente, el agua que se pierde en el proceso puede ser perfectamente recogida a través de un cubo y reutilizada para cuestiones como la limpieza de suelos, el regado de plantas, etc.
Aún podemos poner en práctica más ideas de ahorro de agua en el cuarto de baño, por ejemplo, la consabida cuestión de mantener los grifos cerrados en procesos de higiene como el afeitado o lavado de dientes, abriendo los solamente cuando resulte estrictamente necesario, o también cuestiones importantes como utilizar los inodoros exclusivamente para lo que son, olvidándonos de emplearlos para vaciar sartenes, o arrojar residuos ajenos a su uso, que lo único que hacen además de generar mayor consumo de agua, es convertirse en potenciales problemas de futuro de los inodoros.
Una última idea aplicada a los cuartos de baño cuando tratamos de ahorrar en consumo de agua, es el hecho de reducir el nivel de carga de las cisternas, algo recomendable en aquellos usuarios que no posean sistema de doble carga, esto haciéndose con cuidado no es complejo, simplemente se trata de regular la boya que limita la carga de los depósitos.
El siguiente punto de consumo de agua que debemos revisar en el hogar por supuestos la cocina, aquí también los consejos son bastante conocidos; el primero de ellos obviamente es si fregamos a mano el hecho de mantener los grifos cerrados durante el proceso de enjabonado de los utensilios de cocina, abriéndose posteriormente para su aclarado. En el caso de utilizar lavavajillas, del mismo modo que ocurre con la lavadora, sólo nos pondremos en marcha cuando se encuentren al máximo de su carga útil, ésta es la mejor manera de aprovechar el máximo rendimiento de estos electrodomésticos en relación a su consumo, aunque es cierto que cada vez existen más lavavajillas y grabadoras que presentan programas de media carga, en este caso esta opción también puede ser útil.
Ahorrar agua: ahorrando en el jardín
Cuando tratamos de decidir cómo ahorrar dinero a través del ahorro de los consumos básicos de nuestro hogar, como hemos visto en anteriores artículos, el ahorro de agua sobre todo en verano, resulta básico.
Anteriormente hemos visto diversos consejos para tratar de ahorrar consumo de agua en el interior del hogar, sin embargo sobre todo en verano aunque es cierto también que en el resto del año (en menor medida) los jardines son un foco de gasto de agua en los que también podemos incidir tratando de reducir dicho gasto, y por tanto de conseguir ahorro.
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En primer lugar si tuviéramos que recomendar un sistema de riego, tanto desde el punto de vista de la eficiencia como del consumo de agua, elegiremos el riego por goteo, una opción muy recomendable desde el punto de vista del ahorro de consumo, es cierto, pero también desde la óptica de la eficiencia.
Obviamente uno de los problemas más importantes que se pueden detectar en los riegos de jardines, son las instalaciones defectuosas o las fugas que generan una pérdida de agua muy importante, resulta fundamental mantener un sistema de control sobre la instalación y reparar las posibles fugas así como ocuparse de la limpieza de filtros si los hubiera.
A pesar de que sea sólo otro consejo más, regar en las horas de menos calor, las primeras horas de la mañana o las últimas horas de la tarde, resulta recomendable por cuanto la acción del agua es más eficaz y durará más que en las horas de más calor donde la evaporación será más rápida.
Una idea interesante, que parte por supuesto de la eficiencia en el uso del agua, es el hecho de mantener abiertos algunos depósitos que utilizaremos para recoger el posible agua de lluvia tanto durante el verano como el invierno, este agua por ejemplo, puede servirnos para regar determinadas zonas de nuestro jardín a través de regaderas, ignorando las mangueras y de esta manera generando un doble ahorro.
Ahorrar agua: más ahorro en el jardín
Continuamos con ideas para el ahorro de agua en el jardín, y una de estas ideas, sobre todo adecuadas para aquellos que van a instalar un jardín nuevo o reinstalar el antiguo, es recurrir a los modelos de césped con menor necesidad de agua, estos tipos de césped los podemos encontrar en el mercado sin mayores problemas y a aunque pueden presentar un coste superior a la media, lo cierto es que con el tiempo este tipo de césped va a proporcionarnos un ahorro notable el consumo de agua.
Y siguiendo esta línea desde luego, para quienes mantienen por ejemplo sistemas de riego programados, acudir a la tecnología a través de elementos como los sensores capaces de detectar los niveles de humedad y gestionar el riego función de estos niveles, puede proporcionar un nivel de ahorro muy importante; existen diferentes modelos para este tipo de sensores, tanto los que son capaces de detectar los niveles de humedad ambiental y relacionarlos con el ritmo de riego, como los que son capaces de detectar la necesidad del suelo en relación al riego y autorizar éste en función de dicha necesidad.
Debemos tener en cuenta que probablemente haya muchas más ideas que usted pueda poner en práctica, a la hora, de ahorrar agua en su jardín; desde mantener un jardín limpio, si malas hierbas, hasta mantener un buen ajuste de emisión de los aspersores, pasando por el agrupamiento de sus plantas en función de sus niveles de consumo de agua (las hidrozonas) hasta por supuesto ajustar la elección de sus plantas a aquellas más identificadas con el entorno en el que se ubica jardín, ya que de media la necesidad de riego las plantas autóctonas se ajusta mucho mejor a la realidad ambiental del entorno natural.