En los españoles la tasa de ahorro no se caracteriza precisamente por ser buena, y esto se debe a que gastamos mucho. Con un porcentaje muy alto de gastadores compulsivos. Es bueno reflexionar sobre si nuestro comportamiento con el gasto es compulsivo o no.
En España ahorramos entre poco o nada, no suele haber un término medio. Gastar de forma compulsiva es un gran impedimento para poder llevar a cabo nuestro ahorro, y además nos llevará a situaciones estresantes y problemáticas, ya que en muchas ocasiones nos faltará dinero para cubrir todos nuestros gastos. Para saber si eres un gastador compulsivo, te recomendamos que le eches un vistazo a este artículo, ya que vamos a analizar tres rasgos que definen a toda persona que gasta de forma compulsiva.
Les encanta el consumismo
Actualmente, nuestra sociedad resulta ser la más consumista de la historia. Y es que vivimos rodeados de estímulos de todas las clases que nos persiguen para tratar de convencernos que debemos comprar cosas que realmente no necesitamos para nada. O de que las cosas que ya poseemos se han quedado desfasadas, y por tanto necesitamos renovarlas cuanto antes.
Aquellas personas que tienen una personalidad más débil o manipulable, son víctimas fáciles de engañar. No son conscientes de que están cayendo en la trampa de una campaña de marketing y que, por tanto, van a gastar su dinero de forma irresponsable, dejándose llevar por el consumismo. Los gastadores compulsivos también se caracterizan por su impaciencia, necesitan tenerlo todo y cuanto más rápido lo consigan, mayor es la sensación de satisfacción.
El consumismo es el rasgo principal de las personas que gastan de forma compulsiva, y esto les condiciona el resto de su personalidad financiera, algo que les impide ahorrar y que a la larga, les llevará sin remedio hacia el precipicio de la bancarrota.
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El crédito les puede
El segundo rasgo que caracteriza, inevitablemente, a un gastador compulsivo, es su adicción con el crédito. Esto se debe a su alto nivel de consumo, que como decíamos antes, no puede mantenerse sólo a través de sus propios ingresos. De manera que necesitan recurrir a una financiación, bien sea a través de préstamos personales, tarjetas de crédito, financiaciones de comercios…
Por dar ejemplos de unas cifras bastante escandalosas de deudas, a finales del año 2017, la deuda de los hogares españoles era de 704.390 millones de euros. De los cuales, 528.514 millones corresponden solamente a préstamos por viviendas.
Por supuesto, el hecho de hipotecar tu casa o pedir un préstamo para poder comprarte un coche, no te convierte en un gastador compulsivo. Lo que sí te puede convertir en un gastador compulsivo, es el hecho de la dependencia hacia las deudas. Este tipo de personas son capaces de financiar cualquier cosa, desde un mueble, hasta un teléfono nuevo, o incluso una escapada de fin de semana.
No suelen llegar a fin de mes
Por tanto, el tercer rasgo que caracteriza a una persona que gasta de forma compulsiva, es precisamente que no llega a fin de mes. Es una grave consecuencia de gastar su dinero de forma imprudente, suele ser habitual para ellos que aún no haya finalizado el mes, pero ya no les quede dinero. De esta manera, se ven obligados a aplazar ciertos pagos para el mes siguiente, cosa que en muchas ocasiones trae consigo recargos e intereses. O también suelen endeudarse más aún para poder asumir los pagos, haciendo que su montaña de deudas no deje de aumentar.