Uno de los gastos fundamentales que la vuelta al cole supone es sin duda el de los libros. Hay que tener en cuenta que al aumento de libros y materiales añadidos demandados para los estudios tenemos que sumar una producción muy notable en las ayudas orientadas a paliar este coste por parte de las instituciones, lo cual, en conjunto, nos deja un panorama en el que el gasto en libros escolares es lo suficientemente importante como para plantearnos acciones que permitan ahorrar en dicho gasto.
Además de por supuesto tratar de acogerse a las (escasas) subvenciones y ayudas locales o de las comunidades autónomas para la adquisición de libros de texto, existen algunos canales a través de los cuales, efectivamente, podemos obtener un ahorro considerable, vamos a repasar al menos los dos más importantes.
La compra de libros de segunda mano
Recientemente un portal especializado en la venta de productos de segunda mano en Internet (segundamano.es) realizaba un estudio sobre el coste de los libros de texto de segunda mano en comparación a su precio de nuevos en tienda. El resultado era que un libro de segunda mano venía a costar entre 10 y 12 euros menos de media; concretamente en un libro de primaria supondría 11.3 menos de segunda mano que nuevo mientras que un libro de bachillerato supone una diferencia entre el nuevo y de segunda mano de 14.9 euros a favor de la última opción.
Teniendo en cuenta el volumen de libros que hay que adquirir por estudiante se puede calcular con esas cifras un ahorro por niño en el entorno de los 100 euros; sin duda un ahorro nada despreciable.
El intercambio y las donaciones
La crisis ha hecho desde luego volver a recuperar figuras del pasado en muchas cuestiones cotidianas. La tradición de la herencia de libros entre hermanos hoy se ve reflejada en el crecimiento de las iniciativas para el intercambio de las donaciones de libros y material escolar.
En Internet son muchos los sitios donde ya se puede plantear este tipo de acciones en las que los usuarios ofrecen y demandan intercambios de libros y materiales escolares, además, por supuesto queda la iniciativa personal, muy importante, que puede orientarse en el entorno más inmediato a la búsqueda de libros procedentes de familiares o amigos que cursaron el pasado años que estudios idénticos a los que nuestros hijos cursarán durante este.
Debemos hacer notar que algunas iniciativas locales se orientan precisamente en este sentido, a fomentar el préstamo e intercambio de libros para abaratar los costes medios de una de las partidas más duras de afrontar en cuanto a gasto durante este mes de septiembre que ya se acerca.
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