En el año 2013 se matricularon en nuestro país 811 coches eléctricos. En el primer trimestre de 2014 las matriculaciones no llegaron a los 150 vehículos. Aunque técnicamente se puede hablar de un ligero crecimiento sostenido en la venta de estos vehículos, lo cierto es que el usuario medio no termina de percibirlos como una alternativa a futuro real.
Esto contrasta con apuestas serias como las que por ejemplo se están llevando a cabo en países del norte de Europa. Baste señalar que los incentivos realizados en Noruega se han traducido durante el primer trimestre de este año en 5.291 matriculaciones, si realizamos una comparativa que incluya por supuesto matriculaciones totales de vehículos y población veremos que estamos a años luz de la apuesta por los vehículos eléctricos en este y otros países europeos.
Aterrizando en la realidad del coche eléctrico
Sin embargo, las cifras de Noruega no deben tampoco llevarnos a engaño: las ventas de este país en el primer trimestre suponen más del 50% de las matriculaciones de vehículos eléctricos realizados en el ámbito europeo durante esos tres primeros meses del presente año, es decir, la campaña de incentivo ha sido un éxito que aleja mucho a este país de los demás, como ejemplo, el segundo país en mayor número de matriculaciones de estos vehículos en el mismo periodo de tiempo ha sido Alemania con poco más de 1.700 matriculaciones.
La realidad general de este mercado de vehículos, más acentuada en el caso nuestro país, es la de un crecimiento en exceso lento, en el que se da por aceptadas como causas cuestiones como un panorama poco claro en la elaboración de normativas, poco apoyo a los incentivos y escaso apoyo al I+D así como, y esto es muy relevante, una definición nada clara del futuro de las infraestructuras necesarias para estos vehículos.
¿Son una alternativa real?
Desde el punto de vista medioambiental hay pocas dudas, obviamente son una alternativa más que real en lo que a modelo de vehículo no contaminante se refiere, desde el punto de vista económico y cara al usuario la situación es otra.
A pesar de algunos lanzamientos recientes que han abaratado algo el coste medio de estos vehículos, lo cierto es que el coche eléctrico sigue siendo un vehículo caro en lo que a precio de compra se refiere, por otro lado, como veremos más adelante, genera dificultades en lo relativo a su abastecimiento debido a la escasez de infraestructuras, por lo tanto, efectivamente, no es una alternativa tan evidente como pudiera parecer a primera vista.
TOP 5 Matriculaciones coches eléctricos primer trimestre 2014
A favor y en contra
Además de los factores medioambientales, desde luego muy importantes y en el centro del desarrollo estos vehículos, una de las defensas elementales de quien apuesta por este modelo de transporte tiene que ver con el precio de coste por kilómetro recorrido.
En general se da por buena una horquilla de precio por kilómetro recorrido (en gasto de combustible) de entre cinco y seis veces más gasto en los vehículos de combustión tradicional. Esta diferencia aplicada al recorrido medio de kilómetros de un vehículo de uso particular obviamente nos arroja un saldo tremendamente favorable a los coches eléctricos, pero, ni siquiera esto es una realidad ya que se deben tener en cuenta otros factores como la autonomía y las infraestructuras.
Hoy por hoy las mayores autonomías en los coches eléctricos puros ronda los 200 kilómetros, muy lejos de las autonomías medias de los vehículos de combustible tradicional, pero, además, se debe unir a ello una infraestructura raquítica para la recarga de estos vehículos que hace que resulte más complejo el sistema.
La combinación de ambas cuestiones hace que el planteamiento de que aun siendo más caros estos vehículos se pueden considerar inversión a medio plazo no sea aceptada por el usuario medio, que no advierte un progreso claro en las infraestructuras.
Desde este punto de vista, la inversión que habrá que afrontar al comprar un coche eléctrico será importante, pero hay que tener en cuenta que con el paso de los años, se puede amortizar este desembolso inicial.
A pesar de algunas iniciativas particulares en determinadas ciudades de nuestro país, y de ventajas como puede ser el aparcamiento gratuito en las zonas azules y verdes, lo cierto es que, como vemos, el crecimiento lento en lo comercial de estos vehículos tiene elementos de justificación claros.
El futuro
Teóricamente para el comienzo de la próxima década nuestro país debiera tener en circulación sobre dos millones de vehículos eléctrico, esta era la previsión comercializadora que, desde luego a seis años vista parece difícil que se cumpla.
El futuro de estos vehículos pasa necesariamente por el abaratamiento de sus precios y los incentivos, pero, sobre todo, por una visualización del usuario medio de su practicidad real y ahorro concreto algo que en el actual panorama de avance de las infraestructuras parece complicado revertir en los próximos años.
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Claro
Pues yo no lo veo una alternativa para nada, al menos hasta que los mediode produccion y almacenamiento de energia electrica por medio de las renovables mejoren. Imaginad que cambiamos todos los coches del mudo por coches electricos y la cantidad de Centrales Nucleares que harian falta para recargar todos esos coches. Porque la electricidad tendra que salir de algun sitio………..
Por supuesto que son una alternativa real, pero es que resulta que nos quieren vender MIERDAS ELECTRICAS CON AUTONOMIAS RIDÍCULAS, en comparación con las baterías que ya existen. Los Tesla tienen autonomías de hasta 500km, y en cambio nos encontramos con que las marcas de turno, nos vienen con coches que tienen autonomias de no llega a 100km!! ALGO QUE PARECE RIDÍCULO, EN PLENO AÑO 2014 QUE ESTAMOS.
POR FAVOR!!! NO NOS HAGAIS TAN TONTOS!!
1saludo.