En estos momentos de dificultades económicas para todos hay que empezar a plantearse modelos de ahorro que nos permita llegar a final de mes a pesar de las complejidades del mercado de trabajo y de las deudas acumuladas durante los años de bonanza, para lo que puede ser una gran ayuda el reutilizar, en lugar de comprar de manera espasmódica.
Durante los años nos hemos generado el concepto de comprar y vender, sin plantearnos ni tan siquiera la idea de la reutilización porque no nos hacía falta. Teníamos dinero y nos gustaba gastarlo, nos hacía sentir bien porque nos imaginábamos que éramos ricos sin serlo, que teníamos un gran poder adquisitivo sin tenerlo.
Pero ahora que llegan las vacas flacas es momento de pensar en reutilizar, y no te engañes, casi todo se puede reutilizar en un hogar, es cuestión de echarle un poco de imaginación y de no dudar a la hora de reutilizar.
En la cocina puedes volver a usar, por ejemplo, los tuppers que te llegan del restaurante chino. ¿Qué hacías con ellos? Los tirabas, ¿a qué sí? Y luego ibas y comprabas otros tuppers más ‘cool’ en la tienda de la esquina. Pues ahora hay que ser más listo que todo eso y replantearse la cuestión para reutilizar los tuppers que te traen los chinos.
Luego, los muebles que ya no te sirvan los puedes volver a utilizar, puede que ya no sean tan atractivos en el salón, pero con un poco de barniz y debidamente decorados te pueden servir para el garaje, o para una estancia menos visitada, con lo que te ahorrarás tener que comprar otro mueble, que al final ibas a comprar, ahorrándote todo ese dinero.
¿Y qué me dices de la comida? ¿Te has parado a pensar en la cantidad de comida que tiramos cada día? ¿Y qué te parecería reutilizar toda esa comida? Si los bares y los restaurantes lo hacen, ¿por qué no lo vas a hacer tú?
Se trata de combinar los menús de comida y cena para que en la cena, por ejemplo, te puedas comer las sobras de la comida, o viceversa, tratando de ser creativo, de jugar a encontrar comidas apetitosas a la vez que altamente económicas, y no tirar nada, porque la clave está en ello precisamente, en no tirar nada.
Por tanto, todos tus esfuerzos deben de estar encaminados en esa dirección, en la dirección de no tirar nada de comida y sí mantener tu presupuesto familiar a salvo.
