Habitualmente cuando hablamos de ahorrar energía en casa hacemos siempre en mención especial al gasto en calefacción como uno de los más elevados. Esto es cierto, y más en épocas de invierno como la actual y en determinadas áreas geográficas donde más frío hace. Pero, a veces olvidamos que el resto del gasto de agua caliente es tras la calefacción el segundo elemento de mayor consumo de energía en el hogar.
De hecho se calcula que la factura o tal de energía de nuestros hogares contiene números de entre un 20% y un 30% del gasto imputable al uso del agua caliente.
Sin duda se trata de una cifra lo suficientemente relevante para las finanzas personales (piensa en lo que supone un 30% de tu factura de energía sea luz y gas o del combustible que sea) al cabo del año como para plantearse mejorar en lo posible las prácticas relativas al consumo de agua caliente ya que, efectivamente, podemos obtener un ahorro significativo.
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Cosas básicas sobre el ahorro de agua caliente en el hogar
En primer lugar debemos tener claro el nivel de consumo de agua caliente, y este a su vez tienen mucho que ver con el uso que hacemos en conjunto del agua en nuestros hogares.
Aunque es difícil hacer un cálculo exacto (si no tenemos delante la factura de consumo) debemos saber que cuando mantenemos un grifo abierto el consumo medio habitual se cuantificaron los 10 l por minuto, esto se multiplica al menos por dos cuando se trata de una ducha o de grifos de mucho caudal como los que suelen tener las bañeras.
Evidentemente el nivel de consumo de agua es parte de una costumbre adquirida en los hogares, y es precisamente por aquí por donde siempre debiéramos empezar ya que, la racionalización en conjunto del uso del agua además de contribuir a la sostenibilidad y ser una buena práctica desde el punto de vista medioambiental, es siempre una buena idea para nuestro bolsillo.
Por otro lado, no resulta infrecuente que en muchos casos utilizamos los grifos sin haber visualizado previamente su posición en relación al consumo de agua caliente o fría, esto en los nuevos grifos mono mando es muy habitual, pues pensemos que cada vez que ponemos a trabajar a nuestras calderas o sistemas de caldeo del agua ya hemos iniciado un doble consumo: por un lado el consumo de agua y por otro el consumo de energía para mantener el agua caliente o para calentarla el momento.
Cómo hacer para mejorar el ahorro del agua en casa
Realmente, como usuarios, debiéramos incidir al menos en tres áreas diferenciadas que son las que nos van a permitir poner en marcha el ahorro en agua caliente, serían las siguientes:
Un buen uso y mantenimiento de los elementos relacionados con el agua caliente
Aquí debiéramos garantizarnos siempre el buen estado de nuestras griferias, de nuestras llaves de paso, evitar a toda costa los goteos y pérdidas de agua, y por supuesto las posiciones de los grifos cuando se encuentran cerrados, mantenerlos limpios (incluyendo los filtros) y en la medida de lo posible utilizar elementos de reducción de consumo de agua como por ejemplo los difusores que se pueden incorporar a prácticamente todos los modelos de grifo.
Buena elección y buen mantenimiento de la caldera de agua caliente
Independientemente de si la caldera de agua caliente se destinará exclusivamente a este efecto o si se comparte con la producción de agua caliente para la calefacción (más incluso en este caso) resulta en primer lugar básico haber realizado una buena elección del producto. Hoy en día lo cierto es que merece la pena apostar por las caderas de nuevo cuño con un mayor rendimiento a costa de un menor consumo y con un valor añadido muy importante en lo que a sostenibilidad se refiere. Por otro lado, además de elegir correctamente el producto, mantener la caldera en buen estado de mantenimiento y aprender su uso resulta muy importante, a veces desconocemos cuestiones básicas como los niveles de regulación óptimos, las temperaturas a las que la caldera trabaja mejor etcétera.
Uso racional del consumo de agua
Del mismo modo que cuando se habla de consumo de agua en general, cuando hablamos de consumo de agua caliente debemos hacer que impere lo racional. No sólo estamos ante un bien escaso, sino que además estamos ante un consumo que nos genera un gasto doble en el caso del agua caliente. Sin duda una caldera eficiente siempre es una buena inversion.
Cuánto se puede ahorrar con el agua caliente
Se hace difícil establecer una medida exacta del consumo por hogar en lo que a valor energético se refiere en relación al agua caliente, por tanto también se hace difícil calcular cuál es el ahorro exacto que se puede obtener con las buenas prácticas relacionadas con este consumo.
Se da por buena una cifra que ronde el 25% del valor del consumo energético total en entornos fríos que comparten el agua caliente con los sistemas de calefacción, y algo menos en entornos menos fríos donde este sistema vaya por separado.
Lógicamente existen elementos que van a influir como punto de partida tanto en el ahorro como en el consumo, por ejemplo, el propio sistema que utilizamos para calentar agua caliente y el tipo de combustible que este sistema utilice. Las diferentes energías y su aplicación al agua caliente proporcionado también diferentes niveles de eficiencia. Se suele dar por supuesto que hoy en día las denominadas calderas de condensación en combinación al gas natural canalizado son la opción media más eficaz y económica, pero esto es relativo ya que por ejemplo las calderas de biocombustibles también se han revelado como un instrumento muy eficaz (y sostenible) para este fin.
Realmente el usuario tiene que atenerse más a lo que es posible que a lo que desearía en muchos casos, por ejemplo el uso del gas natural canalizado no alcanza ni a todas las zonas ni a todo tipo de poblaciones, lo que obliga a la incorporación de otros sistemas.
También resulta muy importante la antigüedad y la posible obsolescencia de los sistemas de caldeo de agua caliente. El general a mayor edad del sistema, incluso cuando éste está bien mantenido, mayor nivel de consumo y menor nivel de eficiencia. Hoy en día los sistemas son mucho más eficientes que los de hace tan sólo 10 años con carácter general.
Por otro lado también resulta básico tener claro que el nivel de consumo de agua (en general) influye de manera total sobre el nivel del consumo de agua caliente cuando nos planteamos el ahorro de agua caliente debemos tener en cuenta que inmediatamente esto tiene que ir relacionado con un mejor nivel de uso del agua en general.
Medidas prácticas para el ahorro del agua caliente
Éste sería un compendio de medidas prácticas que todos podemos poner en marcha para tratar de ahorrar agua caliente.
En primer lugar, y en relación al uso y mantenimiento de los grifos, debemos tener siempre presente mantener las posiciones de descarga de agua en los mono mandos dentro del sector de agua fría, y por supuesto en todos los casos mantener el uso del agua de manera racional y nunca dejar los grifos abiertos sin motivo. A partir de aquí resulta básico mantener en buen estado la grifería, reparar rápidamente cualquier pequeño desperfecto o fuga de agua existente y mantener una buena limpieza tanto de los grifos como de los filtros de éstos, asimismo utilizar difusores incorporados puede ser una buena idea ya que mejora mucho la eficiencia reduciendo el nivel de consumo.
Las calderas y calentadores también deben ser siempre una parte importante de nuestras medidas prácticas para ahorrar agua caliente. La temperatura correcta debe rondar entre los 30 °C y los 35 °C. Esta es una buena temperatura que nos va a permitir además un hábito bastante poco eficiente como es tener que mantener el agua fría caliente abierta a la vez para ser mezclada. En general, todo aquel elemento que poseas reguladores y sistemas de control y apagados automáticos es buena ideas, en caso contrario, en aquellos que aún dependen de factores manuales como encender y apagar las llamas piloto, estas siempre que no vayamos a utilizar el calentador debieran apagarse.
En las acciones cotidianas es donde podemos también incidir mucho para el ahorro de agua caliente, por ejemplo eligiendo la ducha en lugar del baño, habitualmente se da por buena la cifra de que un baño con suma cinco veces más agua que una ducha. Por otro lado, una ducha de más de cinco minutos tampoco es muy recomendable desde el punto de vista del ahorro de consumo, se suele recomendar también cuestiones básicas como mantener los grifos cerrados mientras nos enjabonamos, o mientras no seríamos los dientes o preparamos el afeitado.
Por supuesto aquí incluimos todas aquellas acciones de consumo de agua caliente que podemos modificar en la cocina, como potenciar el uso del lavavajillas a carga máxima por encima del lavado de platos manual, en caso de lavado de platos manual no dejar el agua corriendo mientras se enjabona y procurar aclararlos lo más rápida y eficazmente posible. No descongelar productos directamente sobre el agua fría y dejarlos descongelar a temperatura ambiente, o en algunos casos utilizando microondas aunque estos más relativo, y en definitiva opciones tan simples como el lavado de frutas y verduras con agua fría en lugar de con.
Más consejos para ahorrar agua caliente
Para usar menos energía para calentar el agua, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones, que le ayudarán a ahorrar dinero por el monto de la energía no consumida.
- Compruebe la temperatura de su agua caliente. Para lavar, no necesita tener más de 140°F (60°C).
- Ponga el tapón en la bañera cuando use agua caliente.
- Para que el agua permanezca caliente por más tiempo, aísle las tuberías de agua caliente para evitar la pérdida de calor y coloque un forro o aislación sobre el depósito de agua caliente. Además, usará menos energía para calentarla.
- Use la ducha la bañera consume 5 veces más agua caliente. Compre un cabezal de ducha de flujo bajo para obtener más eficiencia y en poco tiempo recuperará el costo de la compra.
- Evite lavar los platos bajo un chorro continuo de agua caliente, y no los enjuague antes de usar el lavaplatos.
- Repare de inmediato las llaves de agua caliente que gotean.
- Asegúrese de que las llaves de agua caliente estén bien cerradas.
Estos son pequeños actos de la vida diaria que nos ayudarán a disminuir el consumo de agua caliente, y por lo tanto, nos permitirán ahorrar la energía necesaria para generarla, ya sea eléctrica y a gas.