En los últimos años la cifra de personas que ha dejado de fumar en nuestro país es millonaria, este es un dato contrastado es cierto, sin embargo en muchos casos no es un dato balanceado con la cifra de nuevos fumadores, que desafortunadamente para la salud y el bolsillo de estos resulta ser también una cifra importante nutrida fundamentalmente de un perfil de usuario joven.
No vamos a incidir en este artículo en la necesidad de dejar de fumar desde el punto de vista médico; a estas alturas el argumento está tan defendido desde tantos puntos de vista diferentes que es obvio que la gran mayoría de consumidores de tabaco conocen los riesgos del consumo de este producto, otra cosa será su valoración de esos riesgos, sin embargo, existe una tendencia por parte del fumador a no considerar el conjunto del gasto que le supone anualmente su consumo de tabaco; se viene a considerar como un gasto parcial que incluso no se tiene en cuenta del todo cuando realizamos un conjunto de gastos e ingresos; y sin embargo también lo económico, el ahorro que se puede lograr, es un motivo más que fundamentado para dejar el hábito de fumar.
Es simple; vamos a acercarnos a los perfiles de fumador, un fumador medio consume 10 cigarrillos diarios de una marca de tabaco media que viene a costar cuatro euros la cajetilla (20 cigarrillos) y un fumador de alto consumo que viene a consumir una cajetilla diaria.
En el primero de los casos este usuario tendrá un gasto semanal medio de 14 €, lo que al mes viene a suponer un gasto de 56 €, y como el fumador lo es los 365 días del año, este primer caso redondeará el coste medio de su gasto de tabaco anual en 672 €.
El segundo de los supuestos, el usuario que consume una cajetilla diaria, viene a gastarse por tanto 28 € semanales, que se traduce en 112 € mensuales lo que arroja al final del año la nada despreciable cantidad de 1344 €.
Ahora si usted se encuentra cualquiera de estos dos supuestos imagínese lo que podría hacer hoy mismo si hubiera ahorrado al dejar de fumar cualquiera de esas dos cantidades.
Por eso una idea muy interesante que nos va a permitir probablemente reforzar el compromiso de abandonar el tabaco es la de ir depositando en una especie de urna transparente, que nos permita ver el progreso de lo que vamos a hacer, el importe correspondiente a cada cajetilla de tabaco que nos vamos ahorrando en el momento en el que efectivamente nos la ahorramos; simplemente ver crecer el montón de dinero a la par que mejorar nuestra salud sin duda va a ser un estímulo más que atractivo para un habito nocivo y caro.
El ahorro colectivo
En los últimos años se viene dando como buena la cifra que dice que aproximadamente el 15% de los gastos del sistema sanitario tienen que ver con el tabaquismo, todo esto a través de la treintena de enfermedades y dolencias directamente asociadas al consumo. Y aunque existen voces discordantes y quienes afirman que estos gastos se encuentran prácticamente cubiertos y muy por encima con los impuestos que el tabaco genera, lo cierto es que la sensación de gasto colectivo en salud que el consumo de tabaco proporciona no sólo no disminuye sino que se encuentra en aumento.
Podría decirse que el ahorro colectivo se compensaría con la retirada de ingresos por aquellos que dejar de fumar, sin embargo, no olvidemos que aquí no entran en juego otras cifras como por ejemplo el enorme volumen de personas que ya han dejado de fumar, que por tanto no ingresan vía impuestos lo que el tabaco genera, y que sin embargo siguen siendo tratadas por patologías asociadas al consumo de una sustancia que no sólo cuesta mucho erradicar como hábito, sino que tienen los efectos innegables en la salud a largo plazo.
También te puede interesar
Todas las opciones para ahorrar agua
8 Formas en las que estamos malgastando electricidad sin darnos cuenta