Las vacaciones de verano se convierten en uno de los picos altos de gasto para las economías domésticas. Es normal que se busque ante este periodo del año un control de los gastos que permita que estos no se disparen pero frecuentemente se realiza muy tarde y solo incide sobre aspectos muy concretos dejando otros sin revisar. Estas son algunas ideas que podemos programar ya para controlar el gasto vacacional.
No se trata de medidas mágicas que poco menos que van a permitir unas vacaciones gratuitas, pero sí de algunas acciones sencillas que a veces olvidamos poner en práctica y que en conjunto nos pueden aportar un ahorro interesante para destinar a otros menesteres como por ejemplo el propio coste de los viajes.
La de manual
Reserva todo lo que puedas con la máxima anticipación posible y fuera de los periodos de reserva habituales. Obviamente esto es solo valido para quienes tienen su destino vacacional claro.
Los descuentos que se pueden obtener en este tipo de reservas pueden ser verdaderamente importantes, lo suficiente como para evitar la pereza de la toma de decisión de destino que retrasa la posibilidad de reservar con antelación.
Maletas y viaje
Controlar la carga de nuestras maletas es importante para los que viajan en avión y pagarán por exceso de carga, pero también para los demás usen el medio de locomoción que usen ya que aunque no suponga un ahorro, aliviar el exceso de carga siempre es útil.
En el primero de los casos es conveniente planificar de antemano lo que se va a llevar por maleta y distribuir su peso, incluso afinar más pesando las maletas con la carga hasta quedar conformes.
Seguro de viaje si pero
Sobre todo en vacaciones en destinos lejanos un seguro de viaje es una buena herramienta de cobertura. Sin embargo, antes de contratarlo hay que tener en cuenta algunas cuestiones.
La primera es relativa a los seguros que ya tenemos; en muchas ocasiones poseemos seguros asociados a otros productos que nos brindan coberturas que desconocemos incluyendo el aseguramiento de determinadas coberturas en viaje.
La segunda por supuesto es una vez determinado el grado de protección que queremos y el que ya tenemos realizar una comparativa profunda que nos permita ajustar el precio del seguro.
¿Voy a cambiar divisas?
Es un tema discutible. Hay quien opina que es mejor mantenerse a la espera de la evolución de la divisa y cambiar en origen cuando más favorable lo veamos y hay quien opina que el cambio siempre es más favorable en destino.
Se elija lo que se elija, tal vez debiera empezar por acudir a su entidad financiera habitual y plantear la necesidad de divisa y fecha, es probable que los gastos sean menores y el estrés de la espera de la evolución de la moneda también.
Planifica la compra: ¿Cuánto?
Uno de los gastos incontrolados de las vacaciones suelen ser las compras de impulso, compras que hacemos sin necesidad y que además, en muchas ocasiones se vuelven en compras de poca utilidad.
Planificar de antemano una cantidad destinada exclusivamente a compras es una buena idea. Vamos a comprar, cuanto antes lo asumamos mejor y por ello si somos capaces de dotarnos y ceñirnos a un presupuesto ganaremos tranquilidad y probablemente gastemos menos que en la compra compulsiva no planificada.
Planifica la compra: ¿Dónde?
De la misma manera que en el punto anterior, conviene hacerse una idea del máximo de puntos comerciales que podamos reconocer antes del viaje ¿vamos a pasar por algún duty free? ¿Existen en el destino espacios comerciales reconocidos de los que la gente opina en positivo? Acceder a esta información nos proporciona una perspectiva mejor sobre cómo comprar en nuestro destino vacacional y por tanto gastar menos.
¿Tarjeta o efectivo?
La tendencia inicial suele ser la de no consultar estas cosas, pero, la diferencia entre que en el destino existan cajeros sin comisiones (o con pocas) para nuestras tarjetas o no existan puede traducirse en mucho dinero gastado en comisiones. Infórmate y en su caso ajusta el equilibrio tarjeta/efectivo.
¿Presupuesto el justo?
La respuesta es no. Es evidente que hay planificar de antemano cada pieza que compone las vacaciones, pero, una vez determinado el gasto general es conveniente incluir una partida para imprevistos razonablemente amplia.
Lo que sí y lo que no del destino
Este es otro error común. Solemos medir los destinos por su atractivo vacacional para nosotros, es lógico, así debe ser, pero se nos olvida acceder a informaciones realmente útiles que nos pueden ayudar mucho. ¿Qué es caro y que es barato? Dependiendo del destino la comparativa de precios nos dirá que resulta más caro y más barato a nuestro bolsillo lo que nos permite ajustar mejor nuestra idea de gasto.
Planifica el transporte en el destino
¿Cómo haremos los desplazamientos internos en el destino? ¿Comparativamente el combustible es más barato? ¿Podemos alquilar un coche si es más barato el combustible? ¿Cómo es la red de transporte público?…este tipo de preguntas hechas con suficiente antelación son de las que ahorran dinero que podemos destinar a cosas más agradables en vacaciones.
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«…posible y fuera de los periodos de reserva habituales.»
Y, ¿Cuáles son esos?