El Metro es el trasporte público más utilizado en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona. A menudo, la cantidad de personas que se concentran en un mismo vagón en las horas puntas es realmente agobiante. Por lo general, sobre las 9 de la mañana cada día el Metro está a rebosar sin embargo, no todos los días pasa lo mismo.
Hay épocas en las que el metro (y el transporte público en general) se llena más que otras y si nos fijamos, podremos observar que no suelen ser días sueltos sino consecutivos. A final de mes, las horas punta en el metro se vuelven intransitables y durante las horas de alrededor hay más afluencia de viajeros.
¿Por que se llena más los últimos días de mes?
No es casualidad que cada mes, especialmente entre el día 20 y el 29, los trenes vayan más llenos de lo habitual. ¿La razón?
El final de mes siempre es duro económicamente. Para muchas personas, el sueldo prácticamente se ha acabado y lo poco que queda hay que reservarlo para gastos más imprescindibles como comida o facturas.
Son muchas las personas que prefieren desplazarse a su lugar de trabajo o de estudio en vehículo privado, especialmente en coche. A principios de mes, con la paga mensual recién cobrada, son muchas las personas que corren a las gasolineras a llenar sus depósitos como si de las rebajas se tratara. Con los bolsillo llenos, es mucho más fácil tirar por lo cómodo y coger el coche, aun teniendo que poner gasolina al coche y a pagar los parquímetros o peajes necesarios.
Sin embargo, según va pasando el mes, nos damos cuenta de que el sueldo no nos da para tanto como nos gustaría y que el querer vivir como reyes a principios de mes nos hace tener que apretarnos el cinturón a finales.
Hay menos atascos a final de mes
Como es de esperar una vez razonado el hecho de que haya más afluencia de viajeros de metro a finales de mes, las carreteras y calles están más despejadas cuanto más lejos está la fecha del cobro de la última paga.
Igualmente, con la llegada de la crisis económica se ha notado también un descenso en el embotellamiento de las vías para automóviles.
Totalmente cierto, pero esto no es algo que se deba asociar a la actual crisis ya que, este cambio de comportamiento lo llevo viviendo desde que empecé a trabajar hace ya más de una década.
En el fondo somos bastantes simples ya que si quieres ahorrar, sólo basta estar el mes entero usando el transporte público, pero nuestra sociedad no es que tenga muchas luces.
Y yo me pregunto. ¿Si los atascos y los embotellamientos se siguen sufierndo apesar de la crisis, que será de nosotros cuando encuentren trabajo los 6 millones de parados? Tendrán que hacer una red de metro nueva….
Hay líneas donde la sensación de calor, encierro y apiñamiento es aterrorizante en horas punta. Tengo la gran suerte de coger dos líneas a contracorriente que están relativamente cómodas. No me había fijado en ese fenómeno, pero probablemente sea verdad.