Hoy en día, tal y como está de desarrollada la tecnología recibir cartas escritas a mano es casi un milagro. Con el uso generalizado del correo electrónico ya casi no es necesario usar la pluma (para los más clásicos). Pero si eso nos ocurre, lo de recibir una carta de este tipo, agrada mucho. Este tipo de cartas casi está relegado a las invitaciones de boda y lo que hoy nos ocupa, las felicitaciones de Navidad.
Una de las cosas que más nos gusta a todos, es recibir cartas, está claro que los recibos no las incluyo como cartas, más bien deberían llamarse notificaciones. Bueno, a lo que iba, que todo lo que sea abrir el buzón y ver que hay una carta y que además sea manuscrita, nos hace felices por un instante, pero como la Navidad ya está aquí, seguro que es uno de los momentos del año en que recibir cartas es más bonito.
La Navidad es una de esas épocas del año en las que muchas personas se acuerdan de aquellas que más les importan y para demostrar este sentimiento se dedican a escribir unas pequeñas notas sobre una postal y enviarlas con todo el cariño del mundo. Sobre lo que se escribe en estas ocasiones hay mucha variedad, cada cual sabrá qué es lo que tiene que decirle a la persona que escribe.
Esa, la de la redacción, es una parte importante, pero igual de fundamental es la tarjeta que enviamos. Podrás encontrar en multitud de papelerías un montón de tarjetas muy bonitas, pero lo que desde aquí os sugerimos es que compréis tarjetas de Navidad de alguna de las muchas asociaciones que destinan el valor de las tarjetas a obras sociales.
Seguro que muchos de vosotros conocéis algunas de ellas, simplemente os sugiero alguna como UNICEF o cualquier otra institución parecida. Seguro que el dinero que gastéis será bien utilizado.
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