Se acercan las rebajas, muchos de nosotros estamos esperándolas como agua de mayo para poder realizar aquellas compras que tanto deseamos pero que no podemos permitirnos a un precio más bajo. Sabemos que las rebajas son períodos de tiempo en los que los comercios ofertan sus productos por un precio inferior al habitual pero dentro de esto, existen diferentes matices que como consumidor, debemos conocer.
Un período de tiempo en el que el consumidor puede disfrutar de descuentos sobre el precio habitual de los productos, no son solo las rebajas, sino que también la venta de saldos y las liquidaciones. Para que no nos den gato por liebre, veamos qué diferencias existen entre unos y otros.
Ventas de saldo
Se considera que una tienda está llevando a cabo una venta de saldo cuando los artículos que vende se ofertan por un precio inferior a su valor de mercado pero las causas son las circunstancias de los objetos:
- Deterioro. Artículos que por diversos factores como el paso del tiempo, el transporte o su incorrecta manipulación, se encuentran en malas condiciones.
- Desperfecto. Objetos en venta que presentan algún defecto o algo en mal estado.
- Desuso. Artículos que aunque en su momento resultaban útiles, ya no lo son tanto.
- Obsolencia. Algo que ya no sirve para lo que en principio estaba destinado.
Liquidaciones
Se considera que una tienda vende en liquidación artículos cuando esta venta se realiza con carácter excepcional y cuando su finalidad es la extinción de determinados productos. Se realizan en supuesto de:
- Cesación total o parcial de la actividad del negocio. Si la cesación es solo parcial, tendrá que estar indicada la clase de mercancías que son objeto de liquidación.
- Cambio de ramo de comercio o modificación significativa en la orientación del mismo.
- Cambio de local del negocio o por la realización de obras importantes en el mismo.
- Supuestos de fuerza mayor que obstaculicen gravemente el normal desarrollo de la actividad comercial.
Rebajas
Y por último, las rebajas. ¿En qué consisten? Se trata de descuentos que las tiendas aplican sobre sus productos con el fin de acelerar el consumo. El producto se encuentra en las mismas condiciones que cuando se vendía a un precio superior pero, por encontrarse algo fuera de temporada, por el deseo del comercio de deshacerse de stock o por aumentar las ventas, se venden a precios más bajos.
¿Qué me conviene?
Por tanto, concluimos que si lo que queremos es comprar más barato sin renunciar a calidad, tanto las rebajas como las liquidaciones serán lo ideal para nosotros. Si por el contrario, no nos importa renunciar a algo de calidad por conseguir precios más bajos, una venta de saldo será perfecta para nosotros.
