Seguramente, este año nos hemos propuesto ahorrar, pero cuando llega el frío esta labor se complica ante lo abultado de nuestras facturas energéticas. Lo cierto es que cuando hace frío, consumimos más calefacción, y su pago, puede complicar la llegada a fin de mes para muchos. De ahí, la importancia de implementar una serie de hábitos que nos permitirán reducir el gasto en calefacción y por ende, el importe de nuestras facturas.
Y es que en efecto, un uso responsable de los sistemas de calefacción puede conllevar a un ahorro importante sin necesidad de pasar frío y realizar grandes esfuerzos. No olvidemos, que la calefacción viene a significar prácticamente casi la mitad del gasto total de energía que hacemos en el hogar en invierno.
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¿Cuánto consume la calefacción?
Desde luego hacemos muy bien preocupándonos por el consumo de la calefacción, y es que, realmente, este es probablemente el mayor consumo energético de una vivienda en el conjunto del año mucho más incluso de lo que habitualmente tendemos a pensar ya que asociamos el uso de la calefacción a determinados momentos del año, algo que siendo desde el punto de vista práctico pero que aplicado al conjunto del gasto anual sigue presentando la tasa elevadísima
Según los estudios realizados por el IDAE podemos comprobar como una vivienda en nuestro país viene a consumir anualmente en el entorno de los 10.000 kW hora. Evidentemente este consumo no es el mismo diera el caso de los diferentes modelos de vivienda ni tampoco en el caso de diferentes localizaciones geográficas, pero, desde el punto de vista medio, es decir extrayendo una media de todos estos gastos y consumos, se arroja un gasto anual medio en energía superior a los 1000 €.
Pues bien, este gasto, la parte principal se deriva la calefacción que, en circunstancias normales puede llegar a suponer el 50% de todo el gasto, mientras que en ámbitos fríos y viviendas aisladas puede representar incluso más del 70% del consumo energético anual.
Por tanto, parece lógico que destinemos nuestros esfuerzos en ahorro a mejorar los niveles de consumo de calefacción, y por supuesto a poner en práctica todo aquello que resulta aconsejable para reducir el coste que ésta supone.
Prepara la casa para el invierno y ahorra
Consejos básicos para reducir el gasto en calefacción
Vamos a repasar en primer lugar una serie de consejos básicos, esto es, aquellos elementos que siempre deben estar incorporados en nuestra calefacción en la medida de lo posible, o aquellos otros que dependen directamente de nuestro modelo de uso.
La buena noticia es que, generalmente, no estamos acostumbrados a aplicar políticas de ahorro en este aspecto, con lo cual, simplemente poniendo en práctica los consejos básicos y, como siempre se trata de ahorrar, el sentido común, es muy probable que obtengamos resultados y un ahorro muy notable.
Mantener una buena y regular temperatura en el hogar bajar los gastos en calefacción
Los expertos consideran que la temperatura ideal de nuestro hogar en invierno debe estar entre los 19 y los 21 grados centígrados. Hay que tener presente, que por cada grado que aumentamos la temperatura, estamos consumiendo hasta un 7% más, lo que se verá reflejado en un aumento de nuestras facturas. Tener la temperatura por encima de los 21 grados no tiene sentido, pues en invierno hay que ir abrigados también en casa.
La importancia de este consejo es capital, fíjate que un aumento del 3° por encima de lo recomendado ya estaría aportando a la factura de consumo de organización prácticamente un 21% en las de coste. Es importante que tengas en cuenta que la subida no es proporcional de grados grado, es decir, subir 1° no significa aumentar 1% el consumo y mucho menos, a medida que vas avanzando y aumentando los grados éstos se multiplican en lo que a consumo se refiere al menos en la proporción que tenemos ofrecido.
Utilizar un regulador de temperatura buena idea para ahorrar en el gasto en calefacción
De esta manera podemos adaptarla a las necesidades de cada uno y cada momento. No necesitamos la misma temperatura si estamos en casa, que si salimos a la calle. Supongamos que necesitamos salir un periodo corto de tiempo y mantener la temperatura una vez llegemos a casa. Es en estos casos cuando el regulardor de temperatura nos permitirá ajustar la misma, la cual los expertos recomiendan en torno a los 15º C.
Estos dispositivos, lo cierto es que suelen ya hoy en día están incorporados en cualquier caso a los sistemas de calefacción, no obstante, conviene por supuesto tener claro que funciona de manera adecuada, y, si no se dispone de ellos, instalarlos ya que resulta tremendamente útiles y sobre todo, muy eficaces a la hora de controlar el gasto en nuestras calefacciones.
Un buen aislamiento de nuestra casa es fundamental para no disparar el gasto en calefacción
.Tan importante es crear la temperatura ideal, como el mantenerla. Por ello, disponer de un buen aislamiento nos permitirá conservar el calor. Algunos de los sistemas de aislamiento más útiles, son el doble acristalamiento y colocar burletes adhesivos en puertas y ventanas, pero cerrar posibles escapes y otras prácticas también nos ayudarán a lograrlo. Y es que, un hogar bien aislado puede llegar a ahorrar entre un 20 y un 40% de su consumo energético, respecto a uno que no lo está.
Para saber cómo podemos lograr un buen aislamiento, es necesario conocer por dónde pueden producirse aquellos escapes de calor: paredes (35%), techos (25%), rendijas (15%), suelo (15%) y ventanas (10%), presentan las mayores fugas. Y tener en cuenta, que son las superficies de cristal las que más favorecen las fugas de calor.
Sin duda este es otro de los elementos clave para tratar de contener el gasto en calefacción en nuestros hogares. El problema fundamental es que en determinadas ocasiones puede llegar a suponer una inversión en reformas para poder mejorar los niveles de aislamiento, en estos casos la valoración es simple, compara la inversión con el exceso de gasto que se está suponiendo no mantener aislada tu vivienda, en la inmensa mayoría de casos, a medio plazo el ahorro sobre la inversión resulta tremendamente interesante, y por tanto, la reforma más que aconsejable.
Ideas prácticas para contener el gasto en calefacción
Hemos visto hasta ahora varios consejos y cuestiones básicas relacionadas con minimizar el gasto en calefacción, pero, desde luego, estos son ejes clave en la mejora del consumo de calefacción, es decir, cosas básicas, pero hay otras muchas acciones y consejos que podemos poner en práctica para mejorar aún más el control del gasto en las calefacciones.
- Es conveniente valorar la posición de los niveles de temperatura más utilizados. Se recomienda utilizar lo que los expertos definen como temperatura de confort. Lo que es el estado usual de funcionamiento de la calefacción (20º C), cuando el propio usuario se encuentra en la vivienda.
- Medidas antiheladas: con el frío llegan las heladas, y con ellas los inconvenientes y perjuicios que nos pueden ocasionar para nuestros hogares. Se debe evitar que el agua que se encuentra contenida en las cañerías de la vivienda se congele y como consecuencia produzca roturas en el sistema de calefacción. Sólo basta con alcanzar una temperatura mínima tope de 5º C.
- Llamar a profesionales cuando sea necesario: de constatar algún problema en la calefacción, es conveniente avisar al servicio técnico del fabricante o en todo caso avisar a una empresa instaladora que esté autorizada para que arreglen la avería.
- Mantener en buen estado la caldera: disponer de una caldera en buen estado y eficiente es clave para ahorrar en calefacción, sino se dispone de una adecuada, es conveniente adquirir una nueva aprovechando las ofertas públicas que se ofrecen para la renovación de calderas con más de diez años de cada comunidad autónoma. Para valorar si funciona bien o mal nuestra caldera, una medida que puede ayudarnos, es apreciar la llama de la misma, de esa manera, que la llama sea azul suele ser sinónimo de que la combustión se realiza correctamente.
- Si percibe olor a gas o un comportamiento anormal en el funcionamiento de la caldera, debe apagar cualquier aparato electrónico, cerrar la llave del gas, no hacer fuego y llamar con urgencia a un profesional.
- No manipule por su cuenta, ni la caldera, ni ningún aparato electrónico.
- No tapar radiadores, estufas, pues se pierde calor y se aumentará por consiguiente el consumo.
- Mantener las rendijas de ventilación, en perfecto estado y libres de cualquier obstáculo que pueda impedir la salida por ellas.
- A la hora de ventilar hay que tener en cuenta que el tiempo estimado e ideal para hacerlo es de diez minutos, por tanto, no es necesario que mantengas tu ventanas abiertas más tiempo del necesario para ello.
- Fomente la entrada de luz solar durante el día, abriendo persianas. Por el contrario, deberá cerrarlas una vez desparezca el sol, para evitar las pérdidas de calor.
- No es necesario dejar la calefacción puesta durante todo el día. En contra de lo que suele pensarse, es preferible apagar la calefacción por las noches, que dejar la misma a temperatura constante durante todo el día y noche. Este es uno de los mitos que debemos desterrar acerca del uso de nuestra calefacción, si quieres saber más, te recomendamos: 10 mitos sobre el consumo energético en el hogar.
Calefacción central y ahorro
Es posible que el sistema de calefacción sea compartido entre todos los vecinos del edificio, y que por tanto, el consumo, las horas de puesta en marcha y demás cuestiones, no dependan de tu decisión individual. Sin embargo, disponer de calefacción central no es impedimento para que también lleves a la práctica una serie de hábitos que te permitan ahorrar en el consumo total, y por tanto, en las facturas comunitarias.
Es frecuente, que si la calefacción es central podamos pasar calor durante las horas centrales del día, pero en estos casos, lo conveniente no es abrir las ventanas. En estos casos lo que hay que hacer es cerrar la llave de los radiadores de aquellas estancias en las que no quieres que entre el calor.
Cuál es la mejor calefacción
Cuando se trata de un debate sobre cuál es la mejor opción a la hora de elegir un sistema de calefacción, lógicamente se debe tener en cuenta un gran número de factores. Esto hace complicado que se pueda afirmar rotundamente que lo que es indicado para un tipo concreto de vivienda y ubicación geográfica lo sea necesariamente para otro caso opuesto.
Sin embargo, en lo que todos los especialistas parecen coincidir, es en que las calderas de condensación alimentadas por gas natural canalizado son, si se pudiera establecer una media, las más eficientes, las de menor coste, y las más sostenibles dentro de este concepto, ya que efectivamente por sostenibilidad existen otros sistemas mucho más sostenibles.
Pero es evidente que no deben todos los casos se puede utilizar este sistema. Por ello, y dando por buena la teoría que dice que la combinación caldera de condensación y gas natural es la más adecuada, vamos a ver otras alternativas.
Alternativas a la caldera de condensación alimentada por gas natural
Debemos tener claro, como ya hemos visto, que la calefacción más el agua caliente, suponen un porcentaje elevado del gasto y consumo de energía en nuestra vivienda, el resto del consumo tendría que ver con los electrodomésticos y la iluminación, como principales actores.
Por tanto, la decisión al elegir el sistema de calefacción resulta vital, ya que una mala elección del sistema puede en sí misma traer consigo un gasto añadido al consumo, algo que luego no resulta buena idea.
Lo primero que debemos tener en cuenta es el espacio geográfico en el que se ubica nuestra, una zona templada del país, y una vivienda del no excesivo tamaño (sobre 90 m² o hacia abajo) podrá simplemente resolver sus problemas de calefacción a partir de sistemas más simples, por ejemplo, utilizar un sistema eléctrico para el agua caliente y también para los radiadores o vectores, ya que el volumen de consumo de estos, por horas encendidos, no va a ser elevado y la inversión generalmente será menor.
Es interesante resaltar que la opción de los acumuladores eléctricos puede también ser interesante para viviendas pequeñas en ámbitos en los que nos encontremos más obligados a utilizar la calefacción, combinados con un termo eléctrico para el agua caliente, y con una contratación de tarifa horaria ajustada, podemos obtener un resultado interesante.
En el caso de que el piso de menos de 100 m2 está situado en una zona fría, lo más recomendable es instalar un sistema de acumuladores eléctricos para la calefacción (con tarifa de discriminación horaria) y un termo eléctrico para el agua caliente sanitaria.
A partir de este tipo de viviendas, y sobre todo de su ubicación geográfica, comienza el baile de propuestas y sistemas. La calefacción de gasoil, sobre todo en entornos fríos y viviendas aisladas dentro de nuestros entornos, es de las más utilizadas, pero, encontramos alternativas muy interesantes (y mejoradas del punto de vista de la sostenibilidad) en los nuevos sistemas alimentados por biomasa por ejemplo. En estos casos siempre hay que tener en cuenta el valor de la instalación y los costes que pueden conllevar, es cierto que por ejemplo las calderas de biomasa más modernas a medio plazo suponer un ahorro considerable, sin embargo, su coste también suelen encontrarse por encima de la media de otros sistemas.
