El método Kon Mari, tan conocido en los últimos años, goza de mucha fama a la hora organizar tanto objetos como viviendas enteras, pero, ¿puede servir para ahorrar dinero?
Tenemos que empezar afirmando que, realmente, este método, como tantas reglas o métodos que proliferan en los últimos años, se basa en una mezcla de cultura oriental, minimalismo y sentido común. Por tanto, efectivamente, podemos utilizar los principios que la autora del método aplica a cuestiones como la organización en la vivienda, para aplicarlos a la organización de nuestras finanzas.
Un método basado en el minimalismo y el sentido común
El método de Maria Kondo se presenta como una fórmula adecuada para ordenar lo que realmente se valora, y limpiar de objetos (e influencias) innecesarias nuestra vida. Efectivamente, si esto lo aplicáramos de manera directa las finanzas podríamos decir que estamos ante un método que nos anima a:
- Organizar nuestras finanzas
- Optimizar nuestra economía reduciendo los gastos innecesarios y ajustándonos a los necesarios
Es decir, la clave básica del sentido común en el ahorro, unida a un concepto cada vez más pujante denominado minimalismo.
Cómo aplicar el método Kondo al ahorro
El método nos propone no quedarnos a medias o realizar las acciones correspondientes de manera parcial, sino que afrontar el orden como un todo y de manera radical. Del mismo modo, el ahorro debe ser concebido desde su inicio como un proceso en el cual debemos dedicar todo el tiempo necesario, pero de manera expresa, a optimizar y conocer cómo funcionan nuestras finanzas.
Esto significa, que del mismo modo que podríamos dedicar unos días al orden y limpieza de la vivienda, podemos dedicar unos días completos al orden y la limpieza de nuestras finanzas.
Otra cuestión importante, es organizar todo como un conjunto. En el método, la vivienda se ve como un todo y no como un conjunto de partes. Nuestras finanzas, aunque con categorías, deben ser concebidas como un todo, cualquier cosa que influye en nuestras finanzas, por pequeña que parezca, va a influir en el resultado final. Un buen ejemplo lo tenemos en los denominados gastos hormiga, que puede modificar de manera radical un buen presupuesto.
Otra clave del método, aplicado al orden, es la categorización que permite una rápida organización y, por extensión, colocar mucho mejor las cosas.
Esto en el ahorro es básico. Necesitamos rápidamente determinar cuáles son nuestros gastos (y optimizarlos) porque queremos ahorrar, cuánto queremos ahorrar y cómo vamos ahorrar. Estas categorías, que van desde gastos ordinarios, gastos extraordinarios, gastos superfluos, ingresos regulares, ingresos irregulares, etc., son la clave sobre lo que debemos construir el ahorro.
Por último, y desde luego no menos importante, el método nos plantea que el orden y la limpieza son clave para alcanzar una estabilidad y felicidad en el conjunto de la vida como un punto de partida para aplicar estas ideas a todo, no sólo a la vivienda. Aplicado al ahorro, esto es perfectamente plausible, sobre todo si entendemos esa felicidad como objetivos y metas. No tener metas u objetivos en el ahorro para quien no valoremos del mismo modo su necesidad.